Well – well; the sad minutes are moving,
Though loaded with trouble and pain;
And some time the loved and the loving
Shall meet on the mountains again.
Emily Brontë, ‘Loud without the Wind was Roaring’.
Tal como les contaba en la entrada anterior, hace un par de semanas atrás estuvimos de viaje por la provincia de Gangwon-do, recorriendo varias zonas del condado de Pyeongchang.
Para serles sinceros, Pyeongchang es una de mis áreas favoritas de Corea. Si bien llevo poco tiempo viviendo aquí, tuve la suerte de visitar varios de sus lugares durante el 2018 junto a Jin. Cuando vinimos por primera vez, me impresionó mucho toda la infraestructura que habían construído para los Juegos Olímpicos de invierno 2018. Viniendo de Chile, y a pesar de tener una cordillera nevada, es difícil tener acceso a este tipo de deportes.
Y durante este verano también volvimos a recorrer muchas de sus zonas, sobretodo porque la montaña en pleno verano es verde y hermosa. Aquí les dejo unas fotografías para que vean el contraste.
Yong Pyong Cable Car
Pero bueno, volvamos a lo que nos convoca. El primer destino del segundo día de nuestro viaje fue el resort Yong Pyong. Es famoso por sus pistas de ski y por su mirador ubicado en la cima del monte Balwangsan (1,458 m).
Para llegar al mirador hay que tomar un cable car, el cual es el más largo de toda Asia, alcanzando los 7.4 kilómetros de longitud, demorándose así 20 minutos en llegar a la cima. De todas maneras el tiempo se hace cortísimo: la vista es hermosa, sobre todo al pasar entre los árboles y ver cómo los montes se van haciendo cada vez más pequeños.
Al llegar a la cima nos dirigimos a una torre donde tuvimos que subir a un ascensor para llegar hasta el mirador. Y allí me pasaron dos cosas: casi morir de frío y casi morir por el impacto de lo bello que se veía el paisaje.
Con Claudia calculábamos que la sensación térmica debía andar por los -30 grados, y si bien no pudimos estar mucho tiempo afuera (literal se nos congelaban las manos y las orejas), la vista fue impagable. A lo lejos, se alcanzaba a divisar el mar y lo demás era una cadena interminable de cerros. (En mi cabeza sonaba Mountains beyond Mountains de Arcade Fire, así que se las voy a dejar aquí para que vean las fotos mientras escuchan la canción ajaja).
Como dato curioso (para mí, que soy pésima para ver dramas), aquí se filmaron escenas de Goblin y de Winter Sonata. K-dramas que de seguro conocerán.
Datos importantes:
Dirección: 232-950, 715, Olympic-ro, Daegwanryeong-myeon, Pyeongchang-gun, Gangwon-do, Korea
Horarios: 9 am a 8 pm.
Valores: Adultos round trip: 20.000 won. 13.000 pesos chilenos.
Niños menores de 12 años round trip: 16.000 won. 10.500 pesos chilenos.
Daegwallyeong Sheep Ranch: Visitando ovejas felices
La primera vez que estuve en Daegwallyeong Sheep Ranch fue en el 2018 cuando Jin me llevó a conocer muchos lugares de Corea y quedé feliz. Esa vez visitamos el rancho en noviembre, por lo que las ovejas estaban felices pastando entre las colinas del rancho, sin embargo, esta vez hacía mucho frío, así que estaban todas resguardadas, felices y abrigadas, en sus establos.
El rancho es manejado por privados y consta de 195 k㎡ de praderas y senderos donde las ovejas pueden pastar libremente. De hecho, este lugar es el único donde efectivamente se cría a las ovejas desde que nacen hasta que mueren, entregándoles una excelente calidad de vida y cuidados.
El sendero que hay alrededor del lugar permite tener una vista privilegiada de la riqueza natural de Pyeongchang. Toma solo 40 minutos recorrerlo entero. También se le puede dar de comer a las ovejas. Es bastante divertido hacerlo y ellas están acostumbradas y felices.
Datos importantes
Dirección: 483-32, Daegwallyeongmaru-gil, Pyeongchang-gun, Gangwon-do
Horario: Noviembre-Febrero 09:00-17:00.
Marzo y Octubre 09:00-17:30.
Abril y Septiembre 09:00-18:00.
Mayo-Agosto 09:00-18:30
Valores: Adultos 6.000 won. 4000 pesos chilenos
Niños: 4.000 won. 2600 pesos chilenos
Adultos mayores: 3.000 won. 2000 pesos chilenos.
Lo que pensé mientras veníamos de vuelta en el tren
Corea es un país increíble, lleno de patrimonio material, inmaterial y también natural. Muchas veces, como turistas, nos quedamos con la idea que, al ser un país mega desarrollado, cuna del kpop, del kbeauty, de grandes rascacielos y tecnología de punta, no tiene espacios naturales dignos de ser visitados. Al menos esa era mi impresión antes de venir. Pero no es así.
Los coreanos valoran y respetan mucho sus parques nacionales y la riqueza que tienen en cuanto a flora y fauna. Es común verlos con sus equipos de trekking subiendo montañas incluso en Seúl. Pero también existe una infinidad de cosas por hacer fuera de la capital.
Si son como yo y gustan de la montaña en “formato amigable” y no necesariamente como deporte aventura-escalada-alpinismo ajaja, los invito a dejar un par de días de su itinerario para recorrer la zona.
En el post anterior les comentaba que es muy fácil llegar gracias al KTX y que incluso, no saber conducir no supone un problema. Ya no necesitan arrendar un automóvil para recorrer estos lugares porque el servicio de taxis vino a solucionarnos la vida.
Visiten la montaña, sientan su frío en invierno, vean lo maravilloso de sus colores en otoño y primavera y vivan el viento fresco que ofrece en verano. No se arrepentirán.
Como cierre, les dejo unas fotos ridículas y sin contexto que me tomaron en ambos días de viaje jajaja
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